Esta autora que en Twitter acumula más de 1.200 seguidores se presenta en la red social de los 140 caracteres como una “inventora de mundos delirantes”. A juzgar por los numerosos reconocimientos que acumula, es una exponente destacada del universo literario y dueña de un gran talento. Pero lo más importante es la sensibilidad, la delicadeza y la cordialidad que transmite.
No es un detalle menor que la creadora de “Xardín de inverno”, “Escarlatina, a cociñeira defunta” (cuya edición en castellano estará disponible a partir del próximo 19 de noviembre) e “Inmundicia e Roñoso”, entre otros títulos, haya sido felicitada con afecto y alegría por numerosos colegas.
Agustín Fernández Paz fue uno de los intelectuales que celebró el triunfo de Costas. Y cuando se enteró mi intención de hacerle llegar a ella el cuestionario para responder por Twitter, me aseguró que Ledicia es un “auténtico ciclón literario” del cual se hablará mucho en el futuro. Se cumpla o no esta predicción, ya hay motivos suficientes para centrar la atención en la figura de esta bella escritora cuyas obras son cada vez más valoradas tanto dentro como fuera de España.
– Colegas y lectores se alegraron por tu Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. ¿Cómo vives tú este logro profesional?
– Como una gran recompensa, como una responsabilidad y también como una oportunidad.
– Los lectores jóvenes son difíciles de cautivar y muy exigentes. ¿Qué te impulsa a asumir el desafío de crear relatos para ellos?
– Las sensaciones que me provocaron los libros que leí en mi infancia fueron irrepetibles. Me encantaría conseguir prender esa luz en alguien.
– Además de novelas escribes poesías. Como lectora, ¿cuál es el género que más te atrae? ¿Razones?
– Leo más novela que poesía y siempre acabo buscando la poesía entre las líneas de las novelas. La novela la disfruto, la poesía me persigue.
– ¿Dónde, en qué o cómo encuentras inspiración para desarrollar tus textos?
– Escribo sobre aquellos temas que me obsesionan, me perturban o me seducen. A partir de ahí, la única inspiración que existe es el trabajo.
– Aquellos que apuestan a escribir en gallego para honrar sus raíces, ¿qué ganan y qué pierden con esta decisión?
– No me siento con derecho para honrar a nadie. Escribo en galego por convicción. Gano coherencia. Si pierdo algo, el mundo es de los valientes.
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