A DIANA Y A RICARD MONFORTE.


Dicen que los buenos son los que antes se van. Es ley de vida: pasamos, dejamos nuestro legado y cambiamos de sitio. Pero hay cambios que continúan siendo vitales y cambios que tienen consecuencias para nosotros fatales, para otros, quizás, necesarios.

Realmente, no sabemos que ocurre tras el final. Según unos, pasamos a otra vida, según otros todo acaba ahí.

Al margen de mi educación religiosa y tras pensarlo mucho y observar la vida, creo que Ricard ha realizado un aprendizaje, dejo aquí su grano de arena y ahora esta con otras personas que requerirán, seguramente y con mas urgencia, de todo lo que el tenia que dar. Y nosotros hemos de aprender muchas cosas con su partida.


Pero creo que ha dejado aquí un precioso bagaje bien sembrado y que dará un fruto excelente. Tanto que su memoria no se ha de perder y las flores de su jardín, las aguas de sus torrentes, los aires de su palabra, el calor de su presencia y de su cariño, seguirán por mucho, mucho tiempo, alimentando mas simientes y enriqueciendo muchísimos espíritus. Esta junto a tantos escritores, poetas, artistas, músicos, enseñando a otros a dejar una estela de belleza en su camino y comprometiéndose libremente con la cultura, la libertad, la delicadeza de adornar con un gusto exquisito todo aquello que toca, mira o saborea y el consuelo para quienes intentan abrirse un camino en esto de la escritura, de que  con esfuerzo  y con constancia, podemos conseguir que esa caja dorada de nuestro interior se abra y manifieste la creatividad y potencial que el mundo necesita, como tantas cosas.

Y aprenderemos... a decir hola y a saber decir adiós con lagrimas en las mejillas y una media sonrisa, aceptando que todos, como Ricard, también debemos prepararnos y tenemos tareas que hacer en muchos sitios y que a el le ha tocado en este preciso instante como a nosotros nos tocara en otros momentos. A no perder el tiempo y a aprovechar el auxilio y el cariño de todas estas buenas personas que nos entregan algo que no tiene valor, su tiempo y su esfuerzo, sin pedir nada a cambio, para mejorarnos y para mejorarse y agradecerlo a tiempo.

Dicen, igualmente, que todo lo malo que hacemos nos pasara factura... pero lo bueno que hacemos también nos pasa factura... a lo mejor no como nosotros quisiéramos pero cuando sabemos verlo, no nos desagrada porque para nuestro pequeño espíritu humano, siempre será mejor que cualquier otra cosa.


Y seguro que Ricard estará en otro lugar enseñando a otra gente, escribiendo y preparando cosas para Diana - un jardín escondido con un pequeño lago, un columpio en un árbol, una mesa de mármol y un cenador victoriano o modernista, obras de Verlaine o de Yates sobre la mesa y allá lejos, un pequeño escenario con un coro, una orquesta y actores de teatro y mucho amor en sus brazos para todos los suyos -  y seguro que componiendo algo para alguna coral celestial o terrenal o de algún otro universo. Y tendrá otro foro o algún otro lugar para compartir y cuando, pasemos a esa otra fase, nos recibirá con una pluma y un papel, una sonrisa y mucho, mucho que aprender y que trabajar en nosotros mismos. El sabe que nuestro premio y el suyo se encuentra en nuestro interior.

Mayte Aláez. Pernelle.
წყარო: www.e-stories.org