La Cena


Rita y David acaban de regresar de una cena agradable con el hermano de Rita, Roger, y su esposa Kathy. David se da cuenta que Rita no ha dicho mucho desde que salieron del restaurante. Él no quería ir, pero Rita insistió. Desde que su hermano había empezado un nuevo trabajo, había sido difícil reunirse. Roger tenía que viajar casi que cada semana y había estado pasando sus fines de semana poniéndose al día con los papeles, después de regresar.

“¿Todo salió bien, no te parece?” pregunta David tratando de romper el silencio.

“Sí”, responde Rita discretamente sin mirarlo.

“Y Kathy parece ser amable. Debe ser difícil para ella perder su trabajo y que Roger esté fuera todo el tiempo de negocios”. Él pausa, “¿estás bien? No has dicho mayor cosa desde que dejamos el restaurante.”


Rita de repente lo mira. “¿Cómo supiste que Kathy había perdido su trabajo?”

“Bueno, ellos lo mencionaron durante la cena, ¿verdad?”, responde David luciendo confundido.
“Pues… Kathy mencionó que se sentía sola cuando Roger está fuera, pero no mencionó que había perdido su trabajo.”

“Supongo que Roger lo debe haber mencionado antes”, respondió rápidamente David.

“Pensé que no te habías visto con él desde mi cumpleaños. Eso fue en abril del año pasado. Sólo me pareció raro que tú supieras y yo no.”

“¿Estás insinuando que algo está pasando entre Kathy y yo?”, pregunta David frunciendo el ceño.

“Bueno, me pregunté cómo tú sabías que Kathy había perdido su trabajo cuando ella sólo había mencionado que se sentía sola, pero no pensé nada de ello. Luego noté que ustedes dos estuvieron evadiendo contacto visual directo durante toda la cena.”

“¡Eso es absurdo! ¿Cuándo tendría yo tiempo de ver a Kathy? Trabajo muchas horas y ellos viven al otro lado de la ciudad.”

“Sí, has estado trabajando mucho hasta tarde recientemente”, responde Rita asintiendo.

David se acerca y toma la mano de ella entre las suyas. Se sientan en el sofá juntos. “Mira”, dice él calmadamente, “tú tienes que confiar en mí. Yo nunca te engañaría.”

“Tienes razón. Tal vez estoy siendo paranoica. Confío en ti cariño. Es sólo que parecía que ustedes dos estaban tratando de ocultar algo. Por favor perdóname.”

Ellos se abrazan; David le da un beso en la mejilla y sonríe. “Por supuesto que te perdono. Está bien, entonces vamos a la cama. Estoy cansado y tengo una llamada con un cliente temprano en la mañana.” Él va a la habitación y empieza a desvestirse. De repente recuerda que ha dejado su teléfono celular en el bolsillo de su chaqueta en la sala y vuelve allí para recogerlo.

Rita está parada en el centro de la sala con el celular en su mano. “¡Mentiroso patético! ¡Te quiero fuera de esta casa AHORA MISMO!” Ella le tira el celular y él logra agarrarlo. Un mensaje de texto nuevo está abierto en la pantalla:


“Creo que estuvimos bien en la cena. Roger definitivamente no sospecha nada. ¿Y Rita? – Besos, Kathy.”