La primavera besaba
La
primavera besaba
suavemente
la arboleda,
y el verde
nuevo brotaba
como una
verde humareda.
Las nubes
iban pasando
sobre el
campo juvenil…
Yo vi en
las hojas temblando
las frescas
lluvias de abril.
Bajo ese
almendro florido,
todo
cargado de flor
-recorde-,
yo he maldecido
mi juventud
sin amor.
Hoy, en
mitad de la vida,
me he
parado a meditar…
¡Juventud
nunca vivida
quién te
volviera a soñar!
Antonio Machado
Mariposa
Quisiera
hacer un
verso que tuviera
ritmo de
Primavera;
que fuera
como una
fina mariposa rara,
como una
mariposa que volara
sobre tu
vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu
cuerpo cálido de cálida palmera
y al fin su
vuelo absurdo reposara
–tal como
en una roca azul de la pradera–
sobre la
linda rosa de tu cara…
Quisiera
hacer un
verso que tuviera
toda la fragancia
de la Primavera
y que cual
una mariposa rara
revolara
sobre tu
vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.
Nicolás Guillén
La primavera de la aldea
La
primavera de la aldea
bajó esta
tarde a la ciudad,
con su cara
de niña fea
y su
vestido de percal.
Traía nidos
en las manos
y le
temblaba el corazón
como en los
últimos manzanos
el trino
del primer gorrión.
A la ciudad
la primavera
trajo del
campo un suave olor
en las
tinas de la lechera
y las
jarras del aguador…
Jaime
Torres Bodet
Doña
Primavera
Doña
Primavera
viste que
es primor,
viste en
limonero
y en
naranjo en flor.
Lleva por
sandalias
unas anchas
hojas,
y por
caravanas
unas
fucsias rojas.
Salid a
encontrarla
por esos
caminos.
¡Va loca de
soles
y loca de
trinos!
Doña
Primavera
de aliento
fecundo,
se ríe de
todas
las penas
del mundo…
No cree al
que le hable
de las
vidas ruines.
¿Cómo va a
toparlas
entre los
jazmines?
¿Cómo va a
encontralas
junto de
las fuentes
de espejos
dorados
y cantos
ardientes?
De la
tierra enferma
en las
pardas grietas,
enciende
rosales
de rojas
piruetas.
Pone sus
encajes,
prende sus
verduras,
en la
piedra triste
de las sepulturas…
Doña
Primavera
de manos
gloriosas,
haz que por
la vida
derramemos
rosas:
Rosas de
alegría,
rosas de
perdón,
rosas de
cariño,
y de
exultación.
Gabriela Mistral
Primavera a la vista
Pulida
claridad de piedra diáfana,
lisa frente
de estatua sin memoria:
cielo de
invierno, espacio reflejado
en otro más
profundo y más vacío.
El mar
respira apenas, brilla apenas.
Se ha
parado la luz entre los árboles,
ejército
dormido. Los despierta
el viento
con banderas de follajes.
Nace del
mar, asalta la colina,
oleaje sin
cuerpo que revienta
contra los
eucaliptos amarillos
y se
derrama en ecos por el llano.
El día abre
los ojos y penetra
en una
primavera anticipada.
Todo lo que
mis manos tocan, vuela.
Está lleno
de pájaros el mundo.
Octavio Paz
Propósito primaveral
A Vargas Vila.
A saludar
me ofrezco y a celebrar me obligo
tu triunfo,
Amor, al beso de la estación que llega
mientras el
blanco cisne del lago azul navega
en el
mágico parque de mis triunfos testigo.
Amor, tu
hoz de oro ha segado mi trigo;
por ti me
halaga el suave son de la flauta griega,
y por ti
Venus pródiga sus manzanas me entrega
y me brinda
las perlas de las mieles del higo.
En el
erecto término coloco una corona
en que de
rosas frescas la púrpura detona;
y en tanto
canta el agua bajo el boscaje oscuro,
junto a la
adolescente que en el misterio inicio
apuraré,
alternando con tu dulce ejercicio,
las ánforas
de oro del divino Epicuro.
Rubén Dario
Como la primavera
Como una
ala negra tendí mis cabellos
sobre tus
rodillas.
Cerrando
los ojos su olor aspiraste,
diciéndome
luego:
-¿Duermes
sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas
de sauces te atas las trenzas?
¿Tu
almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque
acaso en ella exprimiste un zumo
retinto y
espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca
y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a
arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Que perfume
usas? Y riendo te dije:
-¡Ninguno,
ninguno!
Te amo y
soy joven, huelo a primavera.
Este olor
que sientes es de carne firme,
de mejillas
claras y de sangre nueva.
¡Te quiero
y soy joven, por eso es que tengo
las mismas
fragancias de la primavera!